"Mantis", del griego: profeta, adivino. Es un insecto de la familia mantidae, propio de regiones tropicales, de color verde pálido, con dos pares de piernas para caminar y antebrazos poderosos que se doblan como para rezar. En cautividad, la hembra es capaz de copular y luego devorar hasta siete machos. El rito es conocido: una sustancia química, en la cabeza del macho,le advierte del peligro, mientras que  otra, en el abdomen, le empuja hacia ella sin poderlo evitar. Habría que intercambiar el corazón y la cabeza para evitarlo. Mientras el macho duda, la hembra inclina la balanza devorandole la cabeza. El macho se acopla en una larga cópula de hasta seis horas. Se agarra a la hembra, pero el desgraciado no tiene cabeza ni cuello y apenas ya le queda cuerpo. La mantis religiosa con el hocico vuelto sobre el hombro va devorando, plácidamente, lo que queda de su amado compañero. Al mismo tiempo la verga del macho, acoplada con firmeza, continua su labor. 

El macho devorado, ella doblada como para rezar, agarrada a un tallo de rosa salvaje, con las patas apuntando al cielo  y su cabeza hundida en la hierba seca.